Sunday, November 23, 2008

frágile

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Una sensación extraña invade su cuerpo, su mente. Es como desilución, un sinsabor. Desesperanza.
Deseperanza en ciertas cosas que nunca cambiarán. Desesperanza en ideales absurdos, momentos mágicos inelocuentes, inverosímiles, irrisorios. momentos fugaces, flash-forewards sólo creados en su cabeza por una ilusión estúpida y absurda producto de el vació que posee su cuerpo cada noche. El vació de una cama vacía, de una cintura desperciciada, de un cuello solitario.

Y es una sensación de la cual no se puede desligar. Por más que lo intente sabe que permanecerá en ella, por mucho tiempo. Quizás las cosas podrían ser de otra forma. Quizás podría ser ella quien encantara a caballeros con el sólo poder de su sonrisa, de su mirada inocente y de sus palabras tiernas. Pero no. Es ella quien está sola, deseando un razón por la cual suspirar, una excusa para esbozar sonrisa al caminar por cierta vereda, una idea... una esperanza.
Llega a ser ilógico verla ahí, sentada en su banco de siempre pero distinta. Antes se sentaba, como ésperando -o sintiendo; a estas alturas, quien sabe- a aquel que se sentaría junto a ella a ver como el sol caía, como los árboles mudaban sus hojas y los pajaros emprendían vuelo. Ahora si bien está en su banco dejó de esperar -o sentir- a aquiel individuo mágico. La lluvia cae pero a ella no le importa. Se mantiene en su banco y cada día su piel se seca más, sus manos ya no son sus manos y su mirada se enfría cada segundo más.

Me encantaría poder acercarme, para decirle que no vale la pena, que debería pararse y despertar pero sé que no me escuhará. Es lo que les sucede a las mujeres-esperanza; aquellas que viven por una idea que en un desafortunado momento, concebieron en sus mentes ilusas. Imágenes precoces, con humos rosas y aromas dulces. Sueños de besos eternos y paseos por parques fantásticos, y prados verdes. Cabalgatas en corceles blancos con hadas y catillos encantados. Rescates milagrosos y porsupuesto, aquel príncipe ideal, perfecto, utópico.


De tanto imaginar confunden su sombría realidad con su universo paralelo... el problema es que jamás se dan cuenta que su mundo ficticio está dentro de una burbuja... demasiado pesada como para elevarse demasiado, demasiado frágil como para que en su camino hacia arriba, el sol no las reviente, o que en caso de una caída libre, no estalle estrepitosamente en su llegada la suelo, dejandolas con una sensación de vacío incontrolable, inmanejable, agotador. Con el corazón en una mano y en la otra una lista de esperanzas rotas y sueños desvanecidos.


Es lo que le está sucediendo a aquella mujer que siempre mantuvo todo en calma, que jamás se dejó ver frágil, con excepción de quienes de verdad la conocían. Esa mujer a la que ahora ya nada le importa; ni sus enemigos ni sus esperanzas o sueños vacíos. Esa mujer que de un día para otro se encontró en medio de un tumulto sinsentido, sintiendo que todo aquello que había luchadopor mantener bajo control no importaba. Se dio cuenta de lo absurdo de las apariencias, de lo estúpido de las hipocresías y de lo inútil que era gastar fuerzas es aparentar algo que jamás debió haber sido.


Como todos los días, se puso de pie y caminó hacia aquel gran portón de metal. La única diferencia es que jamás la volvería a ver.

2 comments:

Gonza said...

... parece que todos somos frágiles... algunos lo disimulan mejor que otros... (me acordé del comercial de Isapre xDDD)

... me pregunto cuánto de esta mujer hay en tí... espero que no mucho porque de seguro duele...

Saludos... y una abrazo

Natalia said...

Lindas fotografías, lindo blog :)
Saludos :D