La ves caminar por la habitación... está asustada.. lo sabes muy bien. Lo sabes porque tu también tienes miedo. Miedo a que las cosas no resulten, miedo a lo inevitable a estas alturas... miedo a la responsabilidad de una desición estúpida.
Su mente está turbada con las opciones-o la carencia de ellas-Desesperación. Es lo único que ves en su rostro.
Es un juego del azar. na probabilidad... Rápidamente todo se ve reducido a un número, una opción, es un juego.. es un juego absurdo y macabro, un juego donde apostaron una ficha demasiado peligrosa... y ¡la ruleta comienza a girar!
Su cuerpo se posa en la cama. Está sentada como cuando la conociste en aquel café del centro. La única diferencia es que su inocencia está ahí si.. pero llena de pavor. Su ternura está apunto de hacer que rompa en lágrimas. Lágrimas de miedo.. de pánico... de incertidumbre.
Lágrimas que demustran que aíun es una niña.. una niña que nescesita ser uidada como tal. Una niña pequeña que no está lista para nada de lo que se avecina. Una niña ilusa, soñadora, ingenua y sobretodo tierna. Una pequeña niña dulce que se contenta sólo ocn un beso en la mejilla. Una pequeña abandonada y dejada a la deriva por los años y las deciciones erróneas.
Te acercas y haces lo único que tu cuerpo te permite. Te sientas junto a ella y la estrechas fuertemente hacia tu pecho.. sientes como su ser se estremece y rompe en lágrimas y no haces nada más que decirle que todo estará bien, aunque tu mismo no lo creas.. Le besas la frente y no puedes evitar esbozar una pequeña lágrima que sientes bajar por tu rostro tibia, pausada, Real.
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