Absimante

Frente a tí, el abismo se presenta indómito, irreversible. Te sientes caer y caer y caer, y la sensación de vacío aumenta en tu interior, se precipita en tu organismo, sale a flor de piel, te estremece y retuerce tus miembros. Lo pero de todo es que no sabes cuando tocas fondo. Sientes como el viaje persiste y persiste y nunca llegas al final. Quieres tocar fondo, por que sabes que sólo a partir de ahi podrás comenzar a construir. Solo una vez en tus pies pòdrás comenzar a avanzar pero persistes en el ire, cayendo inescrupulosamente sobre algo de lo que no tienes la certeza siquiera que exista.
Te encuetras excenta de todo lo que ocurre a tu alrededor. Sólo tu levedad te mantiene flotando, cual volantín en primavera, sobre las cabezas de los transeúntes que jamás repararán en tu presencia.

Viajas sin percatarte de nadie, viajas con los ojos vendados de frustración, de envidia, de desencanto, de incredulidad. Viajas con las manos atatadas por injusticia, viajas dentro de una sociedad que no da cabida a lo diferente, que no da opción a las esperanzas. Viajas a través de un estado trágico de la conciencia y de la memoria. Viajas en una sociedad podrida, sucia, absorta en estupideces, y dejando atrás cosas que de verdad valen, que de verdad cuentan.
Viajas con nauses y por sobretodo con vergüenza ajena.

(**) Fotografía tomada en la localidad de Neuquén, por el indómito fotógrafo con un extenso recorrido internacional Inzane.